Mucho tenemos que agradecer a los carroñeros, como este buitre leonado (Gyps fulvus), que limpian de enfermedades y epidemias nuestros montes...
A la hora de hacerles fotos suelen ser un poco reacios a bajar, pero una vez que se sientan a la mesa ponen la sexta marcha y se despreocupan de todo jeje!! Como tengan poca carroña para comer y sea un grupo numeroso casi no da tiempo ni a sacarles una decena de fotos... Pero bueno, al final esto acaba siendo lo de menos, porque poder verlos desde el hide a 5-6 metros de ti luchando entre ellos por la comida ya hace que todo el trabajo haya merecido la pena.
El ejemplar de la fotografía en cuestión estaría a unos 5 metros, sereno tras haber degustado el menú y con la mirada perdida, mostrándome su cara y cuello con los restos de sangre oxidada de pasados banquetes.
